La Alpujarra es un paraíso de artistas y fuente de inspiración para el Festival Sulayr
Sol Mochón Benguigui. Voluntaria 2022
Mi experiencia en el Festival Sulayr comenzó el 1 de junio de 2022, cuando tuve la gran suerte de conocer a Nelia Reyes, el alma de Sulayr. Mi nombre es Sol Mochón Benguigui. Soy médico y doctora por la Universidad de Granada. Actualmente resido en Lucerna (Suiza), pero intento estar lo más cerca posible de este Festival tan especial para mí. Aquel día de junio, yo estaba tocando con mi grupo de música en Granada y Nelia se acercó para invitarnos a participar en el Festival. Nos hizo muchísima ilusión. Sin embargo, la mayoría de las integrantes del grupo no tenían disponibilidad para la fecha en que se celebraba y, por tanto, no nos era posible acudir como participantes y actuar. Pero tres integrantes y amigas que sí teníamos disponibilidad, decidimos sin dudarlo ir a descubrir este magnífico evento en tan fascinante lugar. Fue entonces cuando Nelia me dio la oportunidad de convertirme en voluntaria e implicarme en el desarrollo del Festival. Al llegar a Pampaneira me presenté al equipo de voluntariado y desde el primer momento me sentí muy bien acogida. Me explicaron en qué consistía mi trabajo de ayuda, así como Sulayr en general. Mi tarea principal era ser responsable de un tinao cada día. (“El tinao es uno de los elementos más característicos del urbanismo tradicional de la Alpujarra. Esta solución arquitectónica crea espacios cubiertos a modo de cobertizo o pasaje, que conectan calles, viviendas y cuadras. Existen varios tipos de tinaos: tinaos de paso, tinaos en viviendas, y tinaos adosados. Y el Festival Sulayr los ha convertidos en espacios escénicos.”). Recuerdo con cariño la preparación, la noche de antes y con el resto de compañeros, del camino para llegar desde la plaza principal del pueblo hasta cada tinao poniendo pegatinas con indicaciones con el fin de facilitar el acceso. También recuerdo con ilusión el momento de recibir al artista y al público en el tinao y de, una vez acomodados en este espacio tan mágico, realizar una presentación del Festival Sulayr y del músico que iba a deleitarnos. No solo asistíamos a un concierto en el que escuchar unas obras musicales, sino a un encuentro muy enriquecedor donde músico y público tenían la posibilidad de dialogar, compartir, aprender y disfrutar. Además, el encuentro no terminaba ahí, era una gran alegría volver a coincidir con esas personas en otros espacios. Y, sobre todo, lo que recuerdo con más emoción son las palabras de una compañera del equipo durante la reunión final. Ella expresó que formar parte del Festival, así como haber llevado a cabo con gran éxito su trabajo como voluntaria, le había supuesto una superación personal muy importante, y afirmó que Sulayr es un lugar magnífico para la inclusión de personas con inseguridad emocional y falta de autoconfianza.
Experiencias como el Festival Sulayr, con su equipo humano y lugares como la Alpujarra, son la mejor medicina.