La localidad de Cáñar es un punto estratégico dentro de la música clásica. Numerosos músicos extranjeros se han ido asentando en el municipio y alrededores. En estas fechas estivales muchos de ellos reciben la visita de amigos o familiares también músicos que vienen acompañados de sus instrumentos y de las ganas de tocar. Es el caso de Anja Wilbrink y de Wim Zwaag.
Zwaag, de origen holandes fue el iniciador de la programación de la
tarde del viernes con una conferencia ilustrada sobre el compositor e interprete Erich
Wolfgang Korngold, uno de los músicos más importantes de la primera mitad del siglo
XX, niño prodigio, fundador de la música de cine y figura destacada del romanticismo
tardío de principios del siglo pasado.
Compositores como Richard Strauss, Gustav Mahler y Alexander von Zemlinsky le
elogiaron muy pronto por su extraordinaria musicalidad y habilidad.
Wim Zwaag, junto a la mezzosoprano Anja Wilbrink son unos de los pilares
fundamentales sobre los que se sostiene la programación del festival de música clásica.
Residentes en el municipio de Cáñar, -pareja musical y afectiva- llegaron desde
Holanda hace ahora aproximadamente siete años.
A Wim Zwaag se le reconoce una amplia trayectoria desde que a los 10 años comenzara
a tocar el piano y un año más tarde, a escribir sus primeras composiciones.
Estudió canto, ópera, dirección de coro y orquesta y composición.
Como barítono trabajó varios años en el coro de la Radio Flamenca en Bruselas y
también en el coro de la Ópera Flamenca de Amberes y Gante. Desde el año 2000 se dedicó
exclusivamente a la composición, resultando 9 CD’s de grabaciones de sus
composiciones y conciertos en Canadá y diversos países de Europa.
A partir de un profundo interés en el ámbito espiritual de Advaita el músico de los
Países Bajos comenzó a ofrecer talleres; “Hacer música dentro de la libertad”
especialmente para músicos y principalmente para estudiantes y profesores de
Conservatorios de Música, aplicado a los estudios a la vida. Wim está muy
comprometido con la Alpujarra. En noviembre de 2018, dirigió al grupo “Ópera
Alpujarra” en varias representaciones de la ópera ‘Dido y Eneas’. En octubre de 2022,
llegó a las representaciones de la ópera ‘¡Abuxarra, Abuxarra!’ en Vícar y Granada,
para la que escribió la música.
Al abrigo de la música y de la amistad, rodeados de grandes maestros como Bernard
Gregor-Smith, Bodil Skumsrud, Markus Czwiertnia, la organista Mariann Rosenbusch
o la flautista Chris Zeul; Anja Wilbrink y Wim Zwaag se convierten en claros maestros
de ceremonias.
De la misma forma el también músico José Vílchez, retornado de Barcelona y cañarete
de origen, es el responsable de la programación. José o Frasqui como lo llaman los
vecinos es un líder activo que tiene el don de la ubicuidad; igual lo encontramos
proyectando el documental “La de Torres”, en el Rincón García Lorca que nos
sorprende interpretando al contrabajo, haciendo las tareas de guía cultural de la
localidad, tocando la guitarra o dirigiendo como profesor la escuela de música
tradicional del municipio.
Cáñar es un pueblo en el que los vecinos y vecinas toman el fresco al lado de los
músicos que llenan las calles junto a su entrañable alcalde Manuel Álvarez o a sus
concejalas de Cultura Mercedes Díaz o de Igualdad Josefina Martínez, todos trabajando
activamente al lado de un Festival que, tutela el Ayuntamiento con la colaboración de la
Diputación y es apoyado por el sello Sulayr y que recoge además los rescoldos del Festival de
Música en las Montañas y la impronta de la que fuera la creadora del mismo, la
violonchelista Cat Jary, fallecida en 2016.
La programación, de carácter internacional, ha tenido como figura destacada al pianista
Robert Poortinga, que fuera alumno de Wim Zwaag, también de origen holandés.
Robert Poortinga estudió en Estados Unidos, donde completó su licenciatura en el
Conservatorio de Música de Long Island, en Nueva York, con la distinguida pedagoga
Tamara Poddubnaya.
Premiado en Alemania, Estados Unidos e Italia, Robert Poortinga
se ha centrado por completo en el repertorio para violín y piano. Ha sido elogiado en
varias ocasiones por su facilidad técnica y la profundidad de sus interpretaciones, lo que
le ha llevado a ser conocido como “el León del piano”.
Entre 2014 y 2016, Poortinga estudió el máster en la Academia de Música de
Maastricht, mientras recibía clases del maestro Konstantin Bogino en Bergamo (IT), en
la Accademia de Santa Cecilia.
Escribió́ una tesis sobre las 10 sonatas para violín de Beethoven. En el verano de 2016,
Robert fue invitado a interpretar estas sonatas de forma integral en el festival ‘Music
Without Borders’ en Maine (EE.UU.) con la violinista Meri Khojayan, lo que supuso el
comienzo de su colaboración, contando con un amplio repertorio que abarca desde el
Barroco hasta la época contemporánea.
La música, entre ensayos y concierto se puede escuchar en todos los rincones. La tarde
del domingo ofreció un concierto “Sin Límites” del Cuarteto Matrice que llegaron
desde Madrid. Una de los integrantes también guarda relación con el municipio donde
vive su abuela, que será la primera vez que pueda escuchar su música en directo.
El Coro Aires de Cáñar, junto al Octeto Alpujarra y La Orquesta de Cámara de La
Alpujarra, así como todos los artistas que participan en el festival dirigidos por Wim
Zwaag interpretando obras de Leclair y Vivaldi, cerraron el festival.
Esta actividad cultural enclavada en el Balcón de La Alpujarra, llena al municipio por
unos días. Los amigos, la familia y los afectos son los protagonistas de un proyecto que
se realiza gracias al apoyo mutuo, la colaboración y las relaciones transnacionales entre
músicos europeos y alguno venido de América.
Como curiosidad añadir que los profesionales venidos de fuera que conviven con
vecinos durante el año, también se han implicado en el festival. Es el caso de Sara
Mouronte, la joven médica llegada de Madrid que se ha enganchado con la guitarra al
taller de música tradicional con José Vílchez; la también médica Rosario Moya que
canta en el coro, toca la bandurria o reparte programas a la entrada de la iglesia, María
Ángeles Funes, emigrante retornada de Barcelona y madre del organizador que ofrece
su casa para los músicos y amigos que no tienen cobijo, o Alex Arroyo Barreiro el
fotógrafo ocasional y florista gallego que también encontró en Cáñar su lugar de
residencia y que se encarga de hacer los reportajes, junto a la cordobesa Ana Ruiz y el pampanurio Indalecio Jimenez.
Los nombres son más de los que caben y en estos días he visto vecinas repartiendo roscos o caminando hacia el ensayo
del coro, madrugando en las mañanas hasta el Dique 24 o preguntando si en este festival
podríamos ampliar miras hasta incorporar músicas distintas. Todo está por ver y el próximo año
apunta a una nueva edición replanteando la línea que lo defina y teniendo como
propósito invitar cada vez más a un turismo amante de la cultura y que pueda llevarse de
Cáñar las ganas de volver.
Nelia-Reyes