Las calles de Pampaneira ya son un hervidero de actividad. El frenético ir y venir del equipo de organización junto a las primeras señales de voluntariado dan cuenta de que el municipio está preparando el hogar para que la música y el resto de actividades vayan sucediendo.
Unas mareas de camisetas rojas aparecen en las cajas deseosas de ser mostradas en los cuerpos. Empiezan a ordenarse carteles identificativos y los escenarios ya están casi montados. Tras la reunión del lunes, del voluntariado, se ultiman detalles en todos los espacios del festival y las palabras más recurrentes son «qué ganas».
Porque este grupo de personas lleva meses organizando, pero es que muchos llevan varias ediciones asistiendo. Para ellos, participar del encuentro significa abrir las puertas de su pueblo para que los artistas y asistentes vivan la magia que a ellos les envuelve en sus vidas diarias en este paraje alpujarreño.
Porque si habitualmente se trata de un lugar de ensueño, los días del festival habitar Pampaneira es formar parte de un encuentro único, de la Familia Sulayr. La llamada tradición (en sus formas, arquitectura, gastronomía, música popular) se encuentra con la vanguardia que aportan los artistas multidisciplinares que allí se congregan durante esos días, recordemos que el tema es el Neofolk. La multitud de propuestas serán acogidas en lugares tan emblemáticos como la iglesia, el jardín de las casas de las vecinas, los tinaos o la Plaza de la Libertad .
El Festival Sulayr ya se siente por las calles
Preparando la 9ª edición Fotografía. Ana Ruiz