Las calles, la Iglesia y la Plaza de Pampaneira acogieron a lo largo del sábado, 2 de julio la programación central de la séptima edición del Festival Sulayr, que había arrancado lunes 28 con la llegada de las siete mujeres participantes en la Residencia Artística. El Festival este año se extendió a lo largo del Barranco del Poqueira desde Capileira a Bubión pasando por Soportújar para finalizar en Cáñar. Así la coexistencia de actividades ya no se producía únicamente en Pampaneira sino que los sonidos parecían atravesar las dimensiones de las llamadas montañas del sol.
De forma simultánea desde las 12h del sábado los grupos seleccionados para “Música en los Tinaos” tomaron los cinco espacios previstos, Tinao el Viso, Tinao Calle Huertos, Tinao Calle Cárcel y Tinao Calle Cristo, además de la Iglesia de la Santa Cruz que nuevamente se convirtió en otro de los lugares de la escena musical pampanurria. En ese mismo día ya algunos grupos que actuaban en Pampaneira se fueron a recorrer las calles de Soportújar y de Capileira.
Este año para facilitar el acceso a los tinaos por las estrechas y empinadas calles de la población alpujarreña se dispusieron indicaciones que conducían sin pérdida a cada uno de los tinaos y siguiendo las flechas de colores, el público accedía a una programación de conciertos en formato reducido. Los asistentes, convivían en un ambiente cercano y familiar, muchos de ellos considerados ya amigos de un festival que no solo derrama música por cada esquina sino programas de radio, talleres, conferencias, exposiciones, comidas del mundo, teatro para un solo espectador o la posibilidad de volver a los daguerrotipos con el fotógrafo minutero.
La Residencia Artística con las siete mujeres integrantes, que presentó producción propia en un concierto en la Plaza de la Libertad la noche anterior viernes, también participaron en los Tinaos durante el sábado. Por un lado Lara Bello ofreció en el Tinao de la Calle Huertos una actuación vocal participativa bajo el nombre “Lara y tú”. Como también hicieron poco después “La Flamencura todo lo cura” en una actuación-taller de “compás, auto-jaleo y poderío” que consiguió reunir a una nutrida cantidad de público.
La mayoría de las actuaciones en los tinaos están planteadas en formato acústico o con muy poca amplificación como en el caso del Tinao del Viso que acogió las actuaciones del proyecto folk El CheffEssieri (Uruguay), el grupo local de Mau y la veterana agrupación Los Gambones del Castillo con una colección de temas de música popular. Música de kilómetro cero que se produce en la Alpujarra, en Pampaneira o muy cerca del Barranco, en un ambiente próximo y con un barniz contracultural.
Antes del descanso, la propuesta de hip-hop de Annarce una de las más urbanas de esta edición hizo escapar alguna lágrima al público, el contenido de sus letras exhalaba implicación y compromiso. Ya por la tarde en el mismo Tinao el Viso, el cantautor granadino Manuel Hidalgo, muy querido en el festival, el dúo mexicano-granadino Izeta, con un sonido que deslumbró y la bandacelta The Wild Mice, con un plantel multicultural y animado completaron la programación.
La Iglesia de la Santa Cruz de Pampaneira durante el Festival es uno de los rincones musicales más demandados por los artistas y valorados por el público. Para la elección de los conciertos que se programan en este lugar no solo se apreciada la temática, en consonancia con el espacio de culto, sino la calidad de la acústica, de una sonoridad extraordinaria que el público acaba de revestir con llenos, en casi todos los conciertos.
Esta séptima edición ha contado con el proyecto Collar de Perlas del trío de Habiba Chaouf, Pilar Alonso y Elena Botica, tres de las Mujeres Residentes 2022, Guitarab Dúo con un proyecto entre el clásico y el flamenco, las músicas orientales y del mundo con Zeger Gabriel (Bélgica) y el Coro de Clave (Cuba/España/Reino Unido) con un programa de música vocal muy sugerente. Cerrando la programación en la Iglesia, la artista afincada en Granada Victoria Cruz nos llevaba a las músicas meditativas con cantos de mantras y músicas del mundo, un regalo para el sistema nervioso y la búsqueda de la quietud.
Refugiados en la sombra de la entrada de la Iglesia de la Santa Cruz, y a salvo de un sol que disipaba la cordura, la Cuadrilla “Cuesta de las Chinas” de Huéscar – grupo invitado de esta edición del Festival Sulyar- inició un pasacalles alegre y festivo que trajo los aires del Altiplano y que recorrió tanto Pampaneira como Soportújar y Capileira.
Por los Tinaos de Calle Huertos, Cárcel y Cristo fueron pasando diferentes grupos con propuestas que completaban la diversidad, seña identitaria del festival: Kora de Elvira (Granada), con acordeón y guitarra que también nos hicieron mover el esqueleto en el guateque de la plaza de la libertad de Pampaneira así como en Capileira; Le Petite Patite Pathetique (grupo local), que repite en estética y dulzura, el sorpresivo bandoneón de Carlos Becu, un músico que ejerció el don de la ubicuidad recorriendo desde Soportújar a Capileira y también nos deleitó en los tinaos, al tiempo que apoyaba como voluntario en la organización. Los también argentinos Skat Dúo Estefanía Schanton y Alejandro Bidegain con un sonido muy particular que combinaba folclore latinoamericano y música contemporánea dejaron ver una talla musical de altura. Finalizaron Canciones que Caminan (España/Argentina), un grupo que habita las montañas alpujarreñas y el murciano Rubén Llorach, que también fue parada obligada en los Tinaos de Bubión dentro del sendero circular desde Pampaneira y que pudimos escuchar dejándose entrar en estado de flujo mientras acariciaba el hanpang. Rebecca y Deo (Reino Unido/Bélgica) con una selección de cuentos y leyendas, así como mezclando sonidos orientales generaron un ambiente de gran intimidad y belleza.
Finalizando la programación de Música en los Tinaos, el pasacalles del grupo local Batukeira – animados dónde los haya- atravesóla partes más llanas de una poblacióndesbordada de sonidos y que caminaba para tomar aire y algo más que echarse a la boca, a ritmo de terrazas y tinto de verano, un lugar necesario y espacio de privilegio y encuentro entre músicos y público del festival.
Además de las propuestas musicales, desde primera hora de la mañana del sábado, algunos grupos partieron a recorrer el Sendero Circular Pampaneira-Bubión-Pampaneira, un trayecto que incluyó esa parada musical, como antes señalábamos, para escuchar el concierto de handpan de Rubén Llorach, que el festival organizó junto a la Federación Española de Montaña y Escalada. También en Pampaneria tuvieron lugar otras actividades como el Taller Infantil: “Ser un Árbol. La vida de los árboles y la evolución del Bosque”, en colaboración con la Asociación Semillistas. La exposición sobre violencia de género, y las conferencia “mujeres en contextos olvidados” de la asociación agua de coco y el taller de Migraciones y Cambio Climático completaron las actividades en torno al ecoturismo, tema central de esta edición.
La noche del sábado los conciertos principales de esta edición del Festival Sulyar habitaron el escenario de la Plaza de la Libertad. Arrancó el grupo de fusión granadino Elsa Böhr, un despliegue de música y alegría con entrega total del público. Cerraron la noche los jerezanos, La Banda Morisca que presentaron los temas de su tercer álbum, “Gitana Mora” (2020), en una actuación memorable. Para clausurar la noche, nuevamente subió al escenario Paco Valiente con el ya clásico “Guateque Étnico” pampanurrioy en una sesión multicultural y bailable hasta bien entrada la madrugada, una actividad de la que los adeptos al DJ no se ven saciados hasta altas horas de la noche.
En la nueva programación Sulayr Periferias, un abanico de actividades del festival tuvo lugar en las poblaciones limítrofes. En Capileira, por la tarde la Cuadrilla “Cuesta de las chinas”, agrupación procedente del altiplano granadino, recorrió las calles para, por la noche dar paso a la actuación del grupo Wazifa. También Carlos Becú llevó el bandoneón a las terrazas y el Dúo al aire animó a los que disfrutaban de la caída de la tarde y la cervecita con tapa en la plaza del Calvario.
En Cáñar, la oferta musical impresionó por la calidad de sus propuestas. Con un perfil de corte clásico combinaron la presentación de la Ópera local Abuxarra, Abuxarra con un concierto de los productores del documental “Sarasate el espíritu español”, estreno nacional en el municipio de Cáñar, disputado con Pamplona, la tierra natal del compositor y violinista. Robert y Meri (Armenia- Holanda) ofrecieron un programa exquisito además de dar cuenta del trabajo realizado sobre la figura de Sarasate. Todo un privilegio.
La propuesta de Sulayr Clásico incorporó a la Coral Aires de Cáñar, el Octeto Alpujarra y la Orquesta de Cámara de La Alpujarra, una riqueza de intérpretes que se reunieron gracias al trabajo de gestión musical del también músico afincado en la localidad José Vilchez. Ellos mostraron que la densidad de población musical de este pequeño municipio alpujarreño supera ampliamente a la media.
En el municipio de Soportújar se impartió el taller de “Técnicas de Supervivencia y Orientación” además de uno de Cortometraje, y por la tarde un concierto con Canciones de Rueda por la Coral de la Asociación de Mujeres de Soportújar, por segunda vez se mostró el proyecto “Muyjeres” de la Residencia Artística, estrenado el día anterior en Pampaneria con gran éxito y, cerrando las actuaciones, con su proyecto de Tangos centenarios con bandoneón y una pareja de baile. El taller de Alquimia, modelado, escultura y fundición completó en Soportújar una programación que quiso acercarse a la temática hechicera por la que trabajan desde hace algunos años para acercar el turismo a la zona.
Como cada edición el voluntariado ha sido parte de las formas en que el festival extiende apoyos y apéndices entre creadores, público, población autóctona, residentes y visitantes. Fotógrafos profesionales, jóvenes en edad de aprender, mujeres del pueblo con ganas de darlo todo, operadores de cámara, informadores, antropólogos, turistas con parada en el festival; un abanico de colaboraciones que dan cuenta de que la sociedad aún cree en la ayuda mutua y en el trabajo en común.
La presencia del pueblo se ha dejado notar con un incremento del voluntariado local, cada día los colabores del equipo aumentan y el sector musical se apoya en proyectos que como este generan las bases para iniciarse profesionalmente en la música o tomar fuerza para aquellos que ya son artistas consagrados.
La visita del presidente de la Diputación, el Diputado de Turismo y la Diputada de Bienestar Social, así como el diputado de asistencia a municipios junto a otras autoridades, como el presidente de la Federación Andaluza de Montaña y Escalada, han reconocido el valor de un proyecto que no solo atraviesa la música sino que trabaja sobre el desarrollo, el medio ambiente, el turismo, la sostenibilidad y el estado de emergencia de la despoblación rural.